Cuando termina la temporada de calor, muchas veces dejamos la pileta olvidada hasta el próximo verano. Pero si querés evitar dolores de cabeza (y gastos innecesarios), cubrirla con una lona durante los meses fríos es una de las mejores decisiones que podés tomar.
1. Mantenimiento del agua:
Cubrir la pileta con una lona de buena calidad ayuda a mantener el agua en condiciones durante el otoño e invierno. ¿La clave? Evita que entren hojas, tierra, insectos y todo tipo de suciedad que cae con el viento. Al reducir la contaminación, también disminuye la formación de algas y hongos.
2. Ahorro en productos químicos y limpieza:
Una pileta descubierta durante varios meses puede requerir una limpieza profunda antes de volver a usarla. Eso significa mayor uso de cloro, alguicidas, cepillado de paredes y hasta vaciado total. Con una lona, ese proceso se simplifica y el gasto en mantenimiento se reduce considerablemente.
3. Seguridad y tranquilidad:
Si tenés chicos, mascotas o vivís en zonas con viento fuerte, una lona bien instalada también aporta seguridad. Evita accidentes y mantiene la estructura protegida de los cambios bruscos de clima.
4. Lista para el verano sin complicaciones:
Cuando llegue el calor, solo tendrás que descubrir, ajustar el nivel del agua y hacer un tratamiento rápido. En pocos días podés estar disfrutando, sin pasar horas limpiando lo que el otoño dejó.
¿Cuál es la mejor lona?
Las lonas reforzadas, resistentes a rayos UV y con ojales o tensores para asegurar bien los bordes son ideales. Si la pileta es grande o tiene forma irregular, se puede hacer a medida.
-----------------------------------------------------------
Testimonio: Menos trabajo y más tiempo para disfrutar